Así ha cambiado el mundo de la ortodoncia en los últimos años

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Pertenezco a la Generación EGB y lo digo muy orgulloso. Esa generación que creció merendando un bocadillo de Nocilla mientras veía en la televisión Barrio Sésamo, y no con programas de cotilleo y morbo como hay ahora. A esa generación que si nuestro profesor nos suspendía era por algo, y no iba nuestro padre a decir que estaba pasando. A esa generación que no necesitábamos redes sociales, ya que la forma de contactar era quedando el día antes o llamando por teléfono. Tampoco nos hacíamos fotos porque todo se quedaba en nuestra retina para poder recordarlo al día siguiente.

Una generación EGB que tenía en los cantantes, futbolistas, artistas o médicos a sus ejemplos a seguir, pero no en influencers que no saben hacer nada. Una generación que mantenía el respeto por los mayores y sabíamos que lo que decían nuestros padres era palabra de Dios y no se discutía. En definitiva, la generación EGB es la más feliz que ha habido porque fuimos más felices que nuestros padres, pero también más que lo son ahora nuestros hijos. Ahora bien, en este aspecto solo tengo que poner una pega que ahora os cuento.

Y es que si por algo se caracteriza la generación EGB no es por la cinta VHS, TDK, por las hombreras o por jugar a la Play Station 1, en este caso lo es porque fuimos la primera generación que padecimos la ortodoncia. ¡Cuantas historias sabemos en el colegio! Eran otros tiempos y el que llevaba aparato ya sabía que lo iba a pasar mal. Ya sabemos que en esa época no teníamos el famoso acoso escolar. Pues sí, fuimos los primeros en usar aparatos. Y yo lo llevé. Ahora bien, hay mucha diferencia entre los aparatos de ortodoncia de los años 80, de finales, y los que se usan ahora. Y lo he vivido en primera persona porque mi hija también lo usa.

Todavía recuerdo cuando mi hija entró en la Clínica dental Plaza Prosperidad para ponerse una ortodoncia. Iba con muchos nervios, pero rápidamente se dio cuenta de que estaba en buenas manos. Y es que yo le había contado cómo era en mis tiempos, y claro, la pobre estaba un poco nerviosa. Sin embargo, en cuanto los profesionales de esta clínica le hablaron y, sobre todo, mostró los tratamientos que hay ahora, se quedó mucho más tranquila.

Brackets convencionales metálicos

Son los más clásicos, pero que han sufrido una evolución. Se trata de aparatos fijos fabricados en metal. Entre sus ventajas se puede ver la eficacia en la mayoría de los problemas dentales, ya que ejercen presión en cada una de las piezas dentales y corrigen los problemas de mordida y alineamiento, así como su asequibilidad. Es decir que es el tratamiento más económico, el más efectivo, pero obviamente el que más se ve. En este caso, todo el mundo sabrá que tienes ortodoncia.

Brackets de autoligado

Quizás les hayas escuchado porque también son conocidos como sistema Damon, esta ortodoncia es muy similar a los brackets convencionales, pero tiene menos fricción. Esto quiere decir que los resultados serán más rápidos. Además, son más cómodos para el paciente, porque suelen necesitar menos aditamentos y menos tiempo de consulta del ortodoncista. En el caso de mi hija Mirella es el que optaron por él desde la clínica dental Plaza Prosperidad.

Ortodoncia invisible

La ortodoncia invisible es ya una de las más usadas. Y como su nombre dice, consiste en unas fundas removibles transparentes que el paciente se cambia cada 10-15 días y que van moviendo las piezas dentales según una planificación virtual. Al poder quitarse, permiten una rutina de higiene oral completa. Este sistema supera con diferencia a los brackets en cuanto a estética, comodidad y limpieza, siendo considerado el futuro de la ortodoncia.

Brackets estéticos

Los materiales de este tipo de ortodoncia pueden ser el zafiro, el circonio o el plástico. En Clínica Dental Plaza Prosperidad, por ejemplo, siempre opta por la mejor elección que para ellos son los de zafiro, ya que son los que no se tiñen, imitan casi a la perfección la tonalidad del esmalte dental y son más resistentes.

Ortodoncia lingual

Por último, la ortodoncia lingual es la técnica más estética y la que más hubiera gustado conocer en mi época de adolescente. Ya que el aparato ortodóncico se coloca en la cara interna del diente. Aunque no suena muy confortable para la lengua, es el sistema de ortodoncia más discreto, para aquellos que valoran en mayor medida la apariencia de su sonrisa. Vamos que nadie va a saber que llevas el famoso aparato.

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