Os cuento lo que me ocurrió hace unos meses. Tuve un accidente con mi coche. No fue nada grave, por suerte. Pero el coche quedó destrozado. De esas cosas que no piensas que te puede pasar a ti, pero te pasa. Y es ahí donde empezó mi dilema: ¿comprar uno nuevo o buscar otra opción?
Durante años pensé que tener coche propio era sinónimo de independencia. Que era una inversión, pero ya os digo que no. Pero cuando me vi sin coche, con los gastos del taller, el seguro y el valor del coche por los suelos, me di cuenta de algo: tener un coche no siempre significa libertad. A veces significa carga. Y es que no he visto un producto que se devalúe más que ese. Nada más que sale del concesionario ya está perdiendo dinero.
Empecé a hacer cuentas, que es cuando mejor se ven las cosas. Comprar uno nuevo me suponía un préstamo, un seguro caro, impuestos, mantenimiento y revisiones. Y ahora cada vez más caro con la incertidumbre que hay con los eléctricos, porque ya no es como antes que podías meter mano en el motor o en cualquier otra parte. Ahora ni el del taller sabe cómo hacerlo.
Todo para usarlo, en realidad, unas horas al día, que es cuando voy a trabajar. La mayor parte del tiempo, el coche estaría aparcado. Ahí, quieto. Perdiendo valor.
¿Por qué no alquilas uno? Me dijo un amigo, si os digo la verdad, ni caso le hice.
Yo soy de esos que siempre ha pensado que alquilar un coche era solo para vacaciones o viajes de fin de semana. Pero me puse a investigar. Y ahí encontré Mouronte, una empresa de alquiler de coches que, sinceramente, me dio confianza desde el primer momento.
Entré en su web y vi que tenían todo tipo de coches: pequeños, familiares, automáticos, incluso eléctricos. Y lo mejor, todos con kilómetros reales y certificados, porque eso es algo que siempre te la pueden colar. No había trampa. Además, todos sus vehículos están revisados y garantizados. Cada coche tiene un año de garantía. Eso me sorprendió. Nunca había visto algo así en una empresa de alquiler.
Fui a su oficina. Me atendieron con amabilidad, sin prisas. Les conté lo del accidente y mis dudas. Me explicaron cómo funcionaba todo, los tipos de alquiler, las opciones y los precios. Todo claro. Sin letras pequeñas.
Me dejaron ver los coches. Todos estaban impecables, limpios, cuidados, listos para salir. Y lo mejor: podía elegir según mis necesidades. Un coche más grande si tenía que viajar. Uno más pequeño si solo lo necesitaba para moverme por la ciudad.
Decidí probar. Alquilé un coche durante un mes. Fue una de las mejores decisiones que he tomado.
Comodidad
En ese tiempo me di cuenta de lo cómodo que es no tener que preocuparte por nada. Si algo le pasa al coche, son ellos los que se encargan. Si necesito cambiarlo, lo cambio. Si un día no lo necesito, no pago. Así de simple.
Cuando compramos un coche, asumimos que será nuestro para siempre. Pero con el tiempo todo cambia. Los gustos, las necesidades, incluso la ciudad. Y el coche se convierte en algo que te ata.
En cambio, alquilar te da flexibilidad. Puedes adaptarte. No tienes que pensar en revisiones, impuestos o seguros. Solo en disfrutar de conducir.
Un ejemplo claro fue cuando tuve que hacer un viaje largo por trabajo. Normalmente habría llevado mi coche, con el miedo de que algo fallara por el camino. Esta vez, simplemente pedí un coche más grande en Mouronte y listo. Me lo entregaron en perfecto estado, revisado, listo para recorrer kilómetros.
El viaje fue perfecto. Y al volver, lo entregué y listo. Sin preocuparme por mantenimiento, ni neumáticos, ni aceite.
Ahorro
Otra ventaja que descubrí es el ahorro. Puede parecer que alquilar es más caro. Pero cuando haces las cuentas reales, te das cuenta de que comprar es mucho más costoso.
Un coche nuevo pierde valor desde el momento en que sale del concesionario. A eso súmale seguros, revisiones, ITV, impuestos y reparaciones. En cambio, con el alquiler, solo pagas por el tiempo que lo usas.Ahora disfruto más del momento. Conduzco sin pensar en los gastos.
Y si mañana necesito otro tipo de coche, voy a esta empresa y listo.
A veces nos cuesta cambiar de mentalidad. Nos aferramos a lo de siempre. Pero la vida moderna va de eso: de moverse, de adaptarse. Y el alquiler de coches encaja perfectamente con ese estilo de vida.
Alquilar un coche no es solo una alternativa. Es una forma nueva de entender la movilidad.
Y una vez la pruebas, ya no quieres volver atrás.