¿Habéis cambiado de vivienda por trabajo?

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Nadie es capaz de saber qué cosas van a suceder a lo largo de su vida. Hay mucha gente que tiene un plan, que se va marcando objetivos a medida que pasan los años y que piensa que, una o dos décadas más tarde, va a estar en una u otra ciudad trabajando para una determinada empresa. Pero la realidad no tiene por qué parecerse a ese plan. De hecho, si habéis establecido alguna hoja de ruta de ese tipo, sabréis que no se cumple al 100%. Y podríais considerar que tenéis suerte si se cumple el 50%, a decir verdad. La vida es algo que no podemos prever. Tiene cosas que nos van a pillar por sorpresa.

Precisamente por eso hay mucha gente que, cuando va a vivir a una ciudad, se pregunta qué modelo de contratación llevar a cabo con su hogar. Hay gente que prefiere alquilar una vivienda en lugar de comprarla a causa de no saber qué le va a deparar el futuro y no cabe la menor duda de que tiene sentido que así sea. Otras personas, en cambio, no tienen miedo a comprar porque saben que luego van a poder vender. La verdad es que este es uno de los asuntos que más debate genera. Y es que lo primero que queremos todos es tener la tranquilidad de tener un hogar y saber que podemos hacer algo con él cuando nos tengamos que marchar a vivir a otro lado.

Hay mucha gente que se encuentra en tesituras como esta y que, por motivos laborales, no vive siempre en la misma ciudad. Puede ser que cambiemos de trabajo y que la ubicación física de la nueva empresa se encuentre en otra ciudad o incluso en otro país. También es posible que no cambiemos de empresa pero sí que nos destinen a otro departamento que se encuentre en otro lado. Y, por supuesto, también existe la opción de que sea la empresa la que cambie de ubicación y que haya un montón de gente que, como consecuencia de eso, tenga que marcharse a vivir cerca de la nueva ubicación.

En lo que respecta a ese cambio de ciudad que puede venir impulsado por nuestra reubicación dentro de nuestra empresa o por nuestro cambio de empresa, lo que más suele preocuparnos tiene que ver con el cambio de vivienda. ¿Qué hacer si tengo una vivienda en propiedad que ya no voy a usar? Yo, que me vi en una situación exactamente como esa, lo que hice fue ver la página web de Nordicway para sondear mis opciones y vi que tenía la posibilidad de ponerla a la venta y me olvidé del tema porque no iba a tener tiempo para estar de una ciudad a otra mientras trabajaba y tenía que enseñar físicamente la vivienda a las personas que estuvieran interesadas en adquirirla.

En lo que respecta a cuestiones ligadas a un hogar, es posible que en determinados momentos pueda haber algún tipo de agobio. Y es que no cabe la menor duda de que, cuando hemos comprado una vivienda y sabemos que vamos a tener que cambiar de ciudad, nos la queremos quitar de en medio lo antes posible para no hipotecar nuestra economía. La verdad es que tener la oportunidad de que alguien se encargue de este tema es algo que mucha gente agradece y que nos quita una verdadera losa de encima.

Momentos de mucho estrés 

Todo lo que tiene que ver con el hecho de dejar una vivienda y trasladarse a vivir a otra forma parte de una de las situaciones que más estrés provocan en el ser humano. Es bastante probable que hayáis tenido que acometer una mudanza a lo largo de vuestra vida. Os pido que recordéis esos momentos. ¿Cómo fueron? ¿Qué cantidad de cosas tuvisteis que transportar de un sitio para otro? ¿En qué periodo de tiempo? Es posible que las respuestas a estas preguntas tengan factores que las diferencien y que hayan generado situaciones de estrés que sean diferentes a unas personas y a otras, pero lo que está claro es que hablamos de un punto concretamente en el tiempo en el que hemos tenido que apresurarnos a cambiar por completo de vida.

Por regla general, cuando hemos terminado una mudanza se nos queda una sensación de tranquilidad muy grande. En primer lugar, porque hemos abordado con éxito uno de los grandes proyectos que teníamos para ese año. Y, en segunda instancia, porque el esfuerzo físico que nos hemos quitado de encima es sideral. Cuando hemos acabado la mudanza, es hora de descansar y de empezar a disfrutar realmente de todo lo que nuestra nueva vivienda tiene para ofrecernos. Es ahí cuando comienza verdaderamente nuestra estancia, cuando podemos saborear lo que hemos adquirido, ya sea comprando o alquilando.

De hecho, muchas veces es habitual coger alguna enfermedad después de habernos mudado porque, después de todo el trabajo que tenemos durante la mudanza, el cuerpo se relaja y las defensas pierden fuerza. Por suerte, se trata de enfermedades que no suelen ser demasiado graves y que superamos en apenas un par de días. Ni siquiera dejamos de ir a trabajar durante ese par de días, pero es cierto que el bajón es algo evidente y que muchos y muchas habréis notado si os habéis enfrentado a una situación así.

Los cambios de sede de las empresas, habituales en los últimos años en España 

Hay muchas empresas que han cambiado de sede en España durante los últimos años. Este tipo de situaciones es bastante más común de lo que creemos y se debe a criterios puramente económicos. Si hay una entidad que encuentre un terreno más barato que el que tiene en la actualidad, lo más probable es que se cambie para ahorrar costes fijos. Eso, muchas veces, hace que haya empresas que cambien grandes ciudades por capitales de provincias más pequeñas, aunque también puede ser que se dé el camino contrario y que una empresa que se encuentre en expansión y que tenga que cambiar una pequeña ciudad por una urbe en la que necesite estar, como Madrid o Barcelona.

En una noticia de Europa Press se recoge precisamente este hecho. Fijaos: en el año 2021, más de 5.000 empresas cambiaron su sede en España, un dato que supera en un 20% el del año anterior. Se trata de una cuestión que define perfectamente que las necesidades de las empresas van cambiando y que cualquiera es susceptible de tener que cambiar de ubicación, conllevando con ello el cambio de vivienda de todas las personas que trabajan para dicha empresa.

Dos años más tarde, nos encontramos con una situación bastante similar. La noticia que os enlazamos ahora procede de la página web de Infobae y asegura que fueron más de 5.000 las empresas que cambiaron de sede a otra comunidad en 2023, un porcentaje que superaba en un 4% lo que se había registrado a lo largo del año 2022. Volvemos a tener, en este caso, una gran cantidad de gente afectada puesto que, además, el cambio es de comunidad. El hecho de que una empresa se traslade de Asturias a Madrid, o de Andalucía a Cataluña, hace que la vida de la gente que trabaja para ellas cambie por completo. Y es que, muchas veces, estos cambios no solo engloban un cambio de vivienda. ¡También suponen hasta un cambio de clima!

¿Qué papel juega aquí el teletrabajo?

Este es uno de los actores en los que seguramente habréis pensado mientras leíais todos los párrafos anteriores. Después de la pandemia, se ha convertido en un vocablo que está bastante presente en nuestros pensamientos, pero la realidad indica que, al menos en España, implantarlo al 100% es prácticamente imposible. ¿A cuántas personas conocéis que teletrabajen durante todas y cada una de sus jornadas laborales? Yo a nadie. Es verdad que se ha convertido en algo habitual el modelo mixto, pero eso nos sigue obligando a vivir relativamente cerca del trabajo.

¿Eso va a sufrir alguna modificación en el futuro? La verdad es que no tengo ni la menor idea. Solo el tiempo puede responder a esa pregunta. Yo creo que es bastante complicado que, al menos a corto o medio plazo, las empresas valoren esta opción. Lo cierto es que tendría aspectos interesantes para los negocios porque incluso podrían evitar los costes de alquiler o compra de espacios, además de otros como la luz, pero también seguro que existen motivos más que de sobra para mantener a los distintos equipos trabajando presencialmente. Entre los argumentos que se pueden encontrar en este aspecto se encuentra el hecho de fomentar el compañerismo y mejorar la comunicación.

Lo que está claro es que el tema del que he venido hablando en todo este artículo es gestionado de una manera muy diferente en función de cuál sea la personalidad o las preferencias de cada persona. Sea cual sea vuestro caso, lo importante es que toméis la decisión que vaya a ser mejor para vuestro caso concreto. A fin de cuentas, esto es lo que va a determinar vuestra tranquilidad.

 

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